Siempre he pensado que nuestra cámara es un arma, una letal, que podría dar constancia de la importancia, en este caso, de los movimientos organizados por y para mujeres. Lo que me motiva a fotografiar marchas feministas es la fuerza, el coraje y la unión que crea la búsqueda de la justicia: por las que ya no están, por los derechos, por la vida de todas.